El amor llega,
como agua que trae el río,
como llega un verso de Ruben Darío.
Con un roce de ternura hilvanando sentimiento,
el amor llega en cualquier momento,
aún cuando solo exista el silencio.
Y brota suavemente entre loas y cantos,
entre vaivenes y verdades,
el amor llega emanando ansiedades.
El amor llega,
a través de una mirada o directo al corazón,
pero llega, aunque no conozca razón.
Confundido entre vida y nostalgia,
a veces fugitivo de un beso,
el amor llega con mucho más que eso.
Con sutileza cruza el alma,
instalándose sin prisa en las entrañas,
el amor llega sin pedir permiso.
El amor llega,
sin avisar y sin pasaje de ida,
pero, el amor llega un día.
Ora día, ora noche,
el amor llega sin reproche,
y nunca se va.
©ricardo_felipe
Un soñador sin mucha estirpe