En el viento lejano se esconden los días
Aquellos que guardaban las sonrisas
Entre el celaje obscuro ellos desfilan
Tan inalcanzables aunque faltos de prisa
En esa alegría que se fue desgastando
Semilla sembrada para el sentir agridulce
Ramas que las alas han ido cortando;
A un suelo hambriento el alma se zurce
En ese momento congelado en el tiempo
Al que regresa la mente en busca de bríos
Esperando hallar de la dicha un recuento
Se esconde un abrazo pétreo y sombrío
Y aunque la línea del tiempo es indeleble
El alma busca un símil de aquel momento
Toma el riesgo de que el futuro se quiebre
Y aquel cruel abrazo le detenga su cuento
En busca de ese añejo momento perdido
En la mente, el espíritu pretende alejarse
Caminando un sendero que lleva al olvido
El mañana de sus ojos comienza a borrarse
Por la alegría gastada se alejan los días
Cada añoranza sufrida, un pequeño resquicio
Toda la nueva esperanza se ve rescindida
Para arrojarla a la nostalgia, como sacrificio.
Andrés Ruiz H.