Si me dieran a escoger no seria,
no quiero, no me es interesante.
Cuando tu alma sale por la boca,
no tiene derecho a entrar.
Es testigo del viejo, del pesado.
Tengo el fuego en el vientre.
Ya ni casi me siento humanizado.
Soy un recuerdo un tanto borroso,
de lo que era y quería.
Mis sentimientos en su mayoría
son un odio marchito,
ajado y sin color.
Tengo el alma derretida
en una urna de cartón.
Se me pego a las esquinas
y lo que recupero son cachitos.
Secos, duros, mal formados.
Amar no ayuda.
Me trajo aquí y me soltó.
Desear es iluso,
si nunca voy a llegar.
Nada de lo que digas
me hará mejorar ni cambiar.
Si escuche y escuche,
por eso me enojo.
De cerca, mirando a los ojos.
Y aun así ya se que no debo creer...
Creer me mata, sentir me ata.
Y amar es creer... que vives.
Si me deja morir cada segundo.
No he dejado de ser un imbécil, iluso.
Es que el sentir tu aire me engaña
y me hace pensar que soy mejor
de lo que soy.
Los harapos que visto es lo que queda
de esta comedia que no se acaba.
Comedia que hace reír a dios y sus amigos.
Un cobarde que se arriesga y sale pelado.
Que chiste el querer beber sin haber.
El rio se escucha, las nubes se hinchan
y a un bloque de hielo me amarran.
Detesto mis pies por donde me han llevado.
Detesto mi alma y mi estado.
Salir de aquí eso quiero,
todo me da cáncer y quiero caducar.
¿No te dan ganas de reír?