Al borde de la locura
voy perdiendo la cordura.
Danzando en la profundidad de la razón
cometo un crimen y alego demencia,
pues tu cuerpo
me hace perder la conciencia.
Lo nuestro es pecado,
más yo lo llamo crimen.
Pues por amarte
un corazón salio herido.
y eso me vuelve culpable,
por haberte deseado hasta el delirio.
Pero no pueden condenarme,
no hay quien juzgue a un corazón enamorado,
aun sabiendo,
que tu eres casado.