Entre la alegría y la melancolía
Recuerdo de un amor ausente
Siento la brisa de una lluvia que acaba de terminar, en aquella noche donde las nubes no dejaron brillar a las estrellas, donde la luna decidió no salir.
Y con ese viento frío comienzo a recordar, aquel pasado tan trágico y romántico a la vez, en el que miles de poemas hicieron su aparición, y en el que tantas canciones iban acorde con la ocasión.
Entonces para poder olvidar, decido cerrar mis ojos y descansar del presente que es tan diferente a como lo había imaginado; inspirada y aun enamorada empiezo a descifrar aquel amor que se había ido hace no mucho tiempo y en el que él y yo, juntos, éramos mucho mas que dos…
Tantas historias que resucitar, desde el primer beso hasta el final, desde la primera plática hasta el rompimiento formal; todo esta en mí, como si fuera un libro que tengo que leer todas las noches para poder soñar con un nuevo presente, un futuro reluciente, con un cuento de hadas.
Y cuando logro dormir, en la mañana es más fácil sonreír, vuelvo a la vida donde día con día lucho por seguir así, entera y destruida, tan triste y tan alegre.
Así es siempre, vivir entre la alegría y la melancolía, la felicidad de que un amor existe y la tristeza de que sigue ausente.
Para mí, es como si él solo existiera en lo más profundo de mis sueños; pues desde que se fue, no dejó nada de si mismo, se llevó todo consigo, pero olvidó llevarme a mí.
Y con la promesa de un día regresar a mi lado, aún guardo su lugar en todo momento, un lugar junto a mi asiento, junto a mi cama, junto a mi vida, un lugar en mi corazón.
Jamás dejaré de esperarlo hasta que decida regresar…
Así fue como esta ligera brisa con olor a lluvia me hizo recordar una vez más aquel amor tan inmenso, tan triste y tan alegre… tan ausente.
Una lágrima más ha caído por ti.