Esma

HIJO AMADO

Desde el día en que supe de tu venida

tuve miedo y emoción a la vez,

sentimientos que núnca antes conocía

que me hicieron sentir mujer.

Cuando pude ya tenerte entre mis brazos,

y sentir que necesitabas de mi ser,

entre sábanas bordadas de ilusiones

te abrigaba con singular placer.

Al darme cuenta de que no eras como esperaba,

te protejí con toda mi entereza

y prometí sacarte adelante,

aunque tuviera que cubrirte con mi piel.

Hoy en día eres todo un jovencito

y me enorgullece tanto tu querer,

sonries como un ángel del cielo

y me haces sentir que todo lo he hecho bien.

Doy gracias a la vida por tu llegada

y por todo lo especial que puedes ser,

te bendigo hijo de mis entrañas,

porque tú me has enseñado a crecer...