¡Buenas noches, amor!
¡Buenas noches, mi bien!
No creas en falsos reyes magos que,
en vez de amor, siempre dejan hiel.
Sueña sí, con aquel humilde pastor
que una fría noche se acercó en Belén
hasta un portal pleno de candor,
e invadido de luz y de miel…
Buenas noches, corazón.
Buenas noches, mujer.
Espero que mañana - ¡cómo no! -
otra vez nos volvamos a ver.