Sueño silencioso,
presagio de un adios.
No lograron mis gritos,
ni mi llanto, detenerte.
Y ahora
con mi almohada humeda
de lagrimas calientes
me pregunto:
¿que hago sin vos?
Ya me dieron permiso mis fantasmas
ya nadie podra detenerme.
No quiero perderte ahora.
Sueño silencioso,
presagio de un adios,
lagrimas y rosas,
esperandote a vos.