- NOCHES DE REYES MAGOS -
Por fin los juguetes, embrujados,
aleteaban la noche prendidos de los Magos.
Las sombras surtían siluetas
que pululaban ruidos crujiendo papel
y susurros que serían conjuros sibilinos.
Incapaz el sueño,
era un vaivén de ansiedades
que nos arañaba el pecho,
sin tregua a unos ojos apretados
fieles a la atadura del hechizo.
Aún abanicando sus mantos áureos,
nuestras narices ahondaban las sábanas,
quietudes sobrias, empeñadas,
ceñidas a un pellizco al almohadón
y esperando aquel sortilegio oriental
que colmara la ilusión más clara
que siempre nos despertara niños.