han-jael

Abandono

Yo nunca entendí al amor

ni intente estudiarlo

más al contrario me deje poseer

y me sometí a él,

como se somete uno al Dios

y al esplendor de las cosas que llego crear,

y me entregue a ti,

cerrados los ojos,

si me engañabas no me importo,

si me mentías no me valió,

porque para mí tú eras un ángel,

mi ángel,

mío nada más!

Tu mano en mi mejilla era mi delirio,

tú conversación;

y cuando me cantabas esa canción

me enamoraba más de ti.

Yo fui feliz aun con mis ojos cerrados.

Y hoy cierro mis ojos para recordar