Diaz Valero Alejandro José

Ya Dios existía…

 

Finalizando con este ciclo espiritual de comienzo de año, les dejo esta sencilla historia, que no es más que un fragmento de mi propia vida.

 

Nací como un animalito salvaje

rodeado de una miseria atroz,

sin saber que había un padre

que todos llamaban Dios.

Pero un día sucedió

con mis nueve años cumplidos

me fui a pasar unas vacaciones

en un pueblito escondido,

donde en precaria condiciones

con una pobreza extrema

vivía mi linda abuela,

mujer de tantos honores.

Fue ella, sí, fue ella

la primera que me habló de Dios,

ella me lo presentó

y me dijo con cariño:

tenlo siempre como amigo:

Él nunca va a fallarte,

él está en todas partes

porque tiene un don divino.

¿Quieres ver su poder?

¿Quieres hablar con él?

Y yo que era apenas un niño

le dije: Sí abuela, ¡ahora mismo!

Y ella, sin más que hablar

fue y buscó un catecismo

para enseñarme a rezar.

Por eso en mi largo trajinar

yo recuerdo todavía

aquel bendito día

que mi abuela en su bondad

me dijo que Dios existía ya,

pero yo, no lo sabía.

 

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