Dulce doncella de cabellos oscuros mira bien de quien te enamoras, porque el corazón decide cualquier cosa. Date cuenta, dulce doncella, que eres princesa de tu propio reino: el reino de la verdad y pureza. Cualquiera te lo puede robar y derribar hasta quedar en nada.
He visto en los bellos jardines del reino, de la realeza, que andas tuteando con desconocidos…perfectos plebeyos que solo buscan que pierdas tu honradez en noches fugaces de fiesta y masquerede. Estás siendo ciega y torpe, porque muy cerca de ti está el doncel, él que te corresponde, sin embargo andas tuteando como si nada.
Te diste cuenta, cameriera dolce, en aquella tarde de tormentas que te quedaste durmiendo en aquel jardín ya cansado de ver tu frecuente actitud de tuteo, cuando apareció él; rescatando de esa tempestad eléctrica. Fue él quien te rescato cuando lo necesitabas… Pero Por fin abriste tu corazón a tu verdadero amor, a tu bello doncel de ojos azules y de penetrante mirada.
Luego de una semana o dos, comprendieron que eran el uno para el otro y que una escasez de tiempo se casaron. Una grande festa, senza dubbio. Donde hubo grandes rosas y perfectos rosales por todos lados, ustedes entre ellos bailando el armonioso vals de fondo mirándose a lo profundo de su ser.
No tenemos que olvidar que el tiempo corre y no se detiene en los bellos y perfectos momentos como estos. De ellos se supo que vivieron en bella la Francia, Donde se supo que criaban sus niños.
De aquí nada tengo q decir, más que:
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