Cuando un cielo anochecido
se hace verso en mi alma,
con un sólo suspiro
se entreteje con palabras;
para recordar entre sueños
la dulce vida en tu mirada,
y cubrir todos mis anhelos
con tu amor que ya me abraza.
Tú eres mi inspiración
si un poema me pides...
me vas sonrojando el corazón,
mi niño de ojos tristes...
me vas enterneciendo los días
que envuelven tu imagen de a poco
en la suavidad de una caricia
que nace en mis tardes de otoño.
Sin piedad robaste de mis sueños
el tinte carmín que derramaba
el silencio enamorado en mi pecho
cada vez que mis ojos te rozaban.
Pude amarte en ese momento,
pero mi deseo buscó el ocaso,
soy por ti un poema sin versos
que te ama con tierno descaro;
haciendo que roce el abismo
al soñarte como te sueño,
al sentirte tan mío,
que me quemas por dentro.
Niño, pídeme un poema...
y yo volveré a inspirarme
con las sinfonías inquietas
que aún quieren amarte...
Ven, pídeme un poema...
yo te pediré un beso
y haré de tu cuerpo junto al mío
un verso tibio de ensueño
que de noche nos encuentre unidos.
Si tan sólo me pides poesía
no me quedaría más que mirarte,
para inspirar con tu sonrisa
un verso de amor para soñarte.
Poesía... es lo que puedo regalarte...
Tan sólo pídeme un poema...
y yo te daré... mi vida entera.
Ceci Ailín