Sé que el momento que me toca
ya estuvo aliviado de tiempo en tu sonrisa,
y que aquel ímpetu desbordado hacia mi cuerpo
fue el penacho de pulpejos que sustituyó
como oleaje dormido el descenso de tus dedos.
Sé que si pudiera robarte a escondidas
un solo par de lágrimas,
podría también descubrir la forma
de devolvértelas vivas con el beso,
que permitirá meterlas de nuevo en el secreto.
Sé que amas la prisa del arco-iris,
que extrañas cual expuesto sentimiento
el ardoroso conmovible de la borrasca.
Sé que amas,
y que de paso por los días de mi enamoramiento
se te olvidó intencionalmente un recuerdo...