Son tiempos de semilla
y corren por los ríos de fertilidad,
en la tierra se abre el surco
y las aves no dejan de trinar.
Son copos de fortuna
que me hacen suspirar,
con tu cuerpo de muñeca
y tus labios que surgen del mar.
Eres más que un sueño viviente
que vives sola en mí mansión,
quisiera tener tu cuerpo de ensueño,
para vibrar con los tambores de tu amor.
Deja que el frío me cale, que llegue
hasta las entrañas, para pedir tu calor,
mejor seguirte implorando,
que perder tu inmenso corazón.
Deja que los ríos de fertilidad
cumplan con lo prometido,
hay estrellas que se apagan
pero la tuya jamás se extinguirá.