Cuando recibimos una palabra de afecto
De esperanza;
cuando sentimos todo perdido;
cuando nos brindan palabras de consuelo
cuando estamos afligidos.
Es Dios que por intermedio de un ángel
Esta dejándonos constancia de su presencia.
Por eso, veo en cada prójimo su existencia.
Cuántas veces nos sentimos pobres
Pero tenemos aire, para respirar
Que se nos es dado gratis
sin haber hecho nada para merecerlo.
Podemos ver, las maravillas que nos rodean.
Sentir la lluvia fresca, los rayos del sol
Y no nos cuesta nada.
El viento nos acaricia con ternura paternal.
La tierra a nuestros pies se brinda generosa
Surge entonces la pregunta
¿Qué hacemos para merecer tanto?
Pero tenemos la constancia de que
Él, está en cada cosa que tenemos.
Por lo tanto siempre está con nosotros y en nosotros.
¡Somos bendecidos!