Es, a cada hora de la mañana, pensar en ti;
en esa búsqueda de tenerte en presencia;
con tu aroma que se desliza encima de mí;
con tu caricia que se funde en mi esencia.
Hay una búsqueda de tus labios con abatir
a los míos, consiguiendo así la conquista,
la ceremonia del placer y todo ese devenir
en los pliegues del amor que es un cuentista.
A día de hoy, hay un amor libre de querida
complacencia que se dibuja en el quinqué
que es ese faro, que nos lleva y nos cuida;
cuando nos ofrecemos día a día, la bienvenida
y el seguir en el camino, para tomarnos un café;
para continuar otra vez abrazados a la vida.
© reservado todos los derechos de autor. David Valencia T