Me gusta cuando te enojas
y navegas entre rabietas
porque al verte entre congojas
veo en ti nuevas facetas.
Me gusta cuando te enojas
con esa forma de molestarte
porque cuando te deshojas
me das la oportunidad de consolarte.
Me gusta tu extraño histerismo
y esa mirada tan enardecida,
son mezcla de amor y masoquismo,
el querer conquistarte en tu caída.
Cuando ya la ira se te quita
y vuelves de nuevo a la serenidad,
tu sonrisa se hace más bonita
y se hace más grande tu felicidad.
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