Cual pálida luna, ya se inerte el cuerpo de aquella mujer que un día quiso amar, se quedo sola y vacía, acompañada por la soledad y la melancolía...llorando en silencio una cruel agonía.
Las rosas del jardín hoy lloran por su partida, el solloso de su alma se quedo plasmado en el viento que sigilosamente la acompaña en esta noche fría, tocando su rostro, y dejando su helado recuerdo entre las rosas y las lilas.
Hoy la brisa y las campanas tocan un réquiem por aquella mujer...por el ángel que un día sonó con el amor y solo se ha quedado inerte en la soledad y la melancolía, solo el silencio estruendoso es el que se escucha en la noche fría.