Había una vez un zorro que casi muerto se dirigió a una cabaña donde fue encontrado por un granjero.
Esté lo alimentó y decidió no matarlo por piedad al viejo zorro.
Un día el granjero salió a dar una vuelta. El zorro se había recuperado y devoró todas las gallinas de la granja.
El zorro fue astuto y esa astucia lo condujo a otra cabaña donde un joven granjero cuidaba muchas ovejas para vender su lana.
El zorro se vistió de oveja y despistó al joven granjero. Muchas ovejas creyeron que era una más pero esté fue un miserable mentiroso. Creyéndose generoso se hizo querer por todos.
Una joven oveja se dio cuenta de su verdadera identidad. No dijo nada por miedo a tan feroz animal.
Vio como cada uno de sus hermanos fue engañado por el perverso zorro.
La oveja joven no quiso someterse a su mentira. El zorro astuto no quería ser expulsado. Ofendió a la joven oveja, dio una versión algo creíble.
Las demás ovejas le siguieron sin tener pruebas. Así pasó el tiempo y todos ignoraron a la joven oveja.
Lo hicieron a un lado, querían que se fuera. Era una indiferencia total.
La joven oveja dio si propia versión. Encaró al zorro. Algunos creyeron en la joven oveja. Otros apoyaron al zorro.
Pasó el tiempo y el grajero envejeció. El zorro entró una noche a la casa y se lo devoró.
Al día siguiente. El zorro culpó a la oveja. Los demás apoyaron al zorro.
La joven oveja fue expulsada lejos. Muy lejos de todo.
El zorro tenía el camino libre. Cerró todas las salidas por las noches.
Traía comida para las ovejas. Todos los días les daba de comer hasta que se las devoró a todas.
El maldito zorro fue el triunfador por sus mentiras.
Fin.
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