Hadas preciosas que llegan de los bosques,
que cantan al amor con todo el corazón
que sus suspiros son como un te quiero
y todas ellas buscan al amor.
A veces se hace magia y siempre que la evoques
surge de repente sin entender la razón.
Las hadas aparecen pidiéndote naviero,
la sonrisa de tu alma con todo su primor.
Rubíes como cascadas caen sobre los bloques,
son los corazones que se aferran a la sinrazón,
siendo sus negros pensamientos fieros,
los que no creen ni tan siquiera en el humor.
Son las hadas acariciando a los bodoques,
consolándolos por no tener emociones con sazón,
y hay arboledas donde reinan los arrieros
que se desplazan silbando y agradeciéndole al amor.