Si reunieras las estrellas
y me enamorases
con tu mirada...
te daría toda la belleza
¡de ésta alma ilusionada!
¡Qué bella sería tu presencia
cuando la Luna nos acariciara!
y del cielo lloviesen luciérnagas
y toda la noche nos supiera a magia.
Tus manos beberían de mi esencia,
tus pulmones respirarían mi fragancia.
Y ya no volverías a buscar otra existencia
más excelsa para con tu alma.