Pues Dios con su bendita sabiduría,
miro a una bella mortal,
para que ella con su presencia
llenará el jardin con las más bellas rosas.
En la ciudad que despierta
al primer fulgor del día
surge una rosa guayaquileña
hecha de ritmo,trabajo y alegría.
Verte al morir será mi sueño,
desde la niñez mi anhelo
la inspiración de mi alma esta cumplida
extasiado vagó mi pensamiento a solas
y vi surgir de mi alma la más bella poesía.