La playa es un universo de brisas,
ahí te sueño, te pienso,
cada ola que me acaricia
trae tu sonrisa a mi pecho,
estás más allá del azul lejano,
pero tu huella está sobre las piedras,
puedo sentir las flores de tu piel,
el calor de tus manos morenas,
como las palmas que te saludan
con el canto de las sirenas.
La barca humilde se eleva en el mar,
se adivinan sus viajes infinitos,
danza con suaves ritmos
como gaviota triste que se aleja
como mis deseos de estar contigo
acostados en la arena,
viviendo un futuro con hijos,
trabajando los dos por la vida,
construyendo el nido entre las flores,
iré de nuevo a tus brazos,
a nuestro sol, a mi casa
subiré a la barca
de la eterna primavera.