Sabes del silencio de las horas.
La vida parece olvidarse a instantes,
quienes éramos entonces
repetían nuestras voces ausentes,
yo estaba aquí sin nada para vivir
como aferrándome a un siempre
y busqué quien hablara de mi:
un verso, un recuerdo perdido entre
tantas otras cosas, la memoria…
Y yo vi corroerse mi nombre
en los labios de aquel amigo,
mirarme existiendo en los mismos ojos
donde nunca estuve latiendo, muriendo.
Sucede que he andado tanto y ya me olvidaron.
Me olvidaron tanto y sigo andando:
el tiempo se derrumba sobre mis pasos
y un poeta de pronto habló de mí, un ingeniero
y entre sus palabras pertenecí a tantos lugares,
amé muchas mujeres, acumulé horarios,
no dejaron campo para mi sangre.
No estoy enterado de cómo camina la vida.
Porque otro cielo me vio nacer repetidamente
cuando a nadie existía, y existo desde entonces,
como preguntando los pasos, todos ellos.
Sucede que he andado tanto y ya me olvidaron.
Me olvidaron tanto y sigo andando
Quienes oyeron al viento me saben…