Encontré una sortija de oro
decía Elizabeth y una fecha
que no pude descifrar...
me cabía en el dedo
así que mi mano
era parecida a la suya
tanto
casi igual
en tamaño y suerte...
Ahora
brilla triste y seca
ahi sobre la mesa...
escucho gritos en su hueco
el dirá
-Se me cayó
-No me dí cuenta
Ella pensará en engaños
y el moverá sus manos desnudas
explicándose
esparciendo en el aire
restos de algo puro
algo roto...
Pobre Elizabeth
un hechizo simbólico parece romperse...
pobre...
los matrimonios compran sortijas
los separados venden oro.