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Aguas mercenarias de voluptuosa tristeza,
celestial humedad de una vertiente vertical,
tu encanto de centella divina por grandeza
ahoga lo vano en deseos de belleza boreal.
Una boca en plenitud arrojando su entrega
mientras la tranquilidad aqualina da fluidos;
el sentido de converger las gotas como estela
cambian química de rocío por arco iris leído.
Como cabellera bañada en espuma invisible
se dibujaba la perfección en perfecta caída
asemejando el recorrido suyo en increíble
vertida de sueños que va naciendo con vida.
Definida de volumen en su cauce lumínico
imperando corte clásico por belleza natural,
emparenta con su acuoso toque tan rítmico
lo rozado como unidad de naturaleza real.
Un ejército de lágrimas que lloran aventura,
la lluvia hecha tierra de frondosa bonanza,
mar saltando al vacío en grandeza, bravura;
es ella, la cascada, nos envuelve su esperanza.
Vito Angeli