A veces siento que me estoy ahogando, que me falta el aire. Que soy invisible, que no tengo luz ni cuerpo. Que camino en el aire con mis pies descalzos, que mis pasos van flotando, muy lento. Que sueño sin haber dormido pero me despierto.
A veces veo la luna y me quedo quieto, esperando bajarla solo para adornarla con un te quiero. Solo a veces rio a carcajadas con una lagrima en mi pecho, trazando líneas de recuerdos.
A veces le hablo a mi conciencia, anhelando un consejo, y detengo el tiempo para estar en silencio. En las noches apago las luces y me siento lejos, como si fuera otra vida la que estoy viviendo.
A veces escucho las palabras del viento, cuidando cada una de sus letras y recuerdo el olor de la briza de invierno, para llevarlas a mi entierro. Los rasgos del horizonte fueron quedando atrás y aprendí de ellos.
A veces mis manos se vuelven fuego y queman la tristeza de la nostalgia sin saber porque lo hicieron. A veces me enamoro de las caricias y olvido las mentiras, solo porque te quiero.