Y entendí que tal vez el amor
Nace de ese refugio que yo
conozco…
No lo llamo soledad
No lo llamo cólera
Ni tampoco compasión…
En él niego toda mi cobardía
En él está toda mi osadía
En él puedo saber
Si realmente Dios se ocupa de mí
Que si el pasado es real o una
simple ficción
Que si me importa más el presente
Que algún incierto futuro…
Y no pretendo buscar culpables
donde no hay
Hoy es el momento
De reconciliarse con uno mismo
De no pretender demasiada sabiduría
Ni de adoptar falsa humildad
El reflujo de la vida me hace
reflexionar
Sobre la impostura de la
modestia.