Tan preciado como el oro,
eres ese espacio en el vacío que con el alma tanto añoro,
ese pedacito de paz, esa voz de la soledad
a quien escucho cuando lloro.
Eres verdad eterna, me enferma no tenerte,
puedo oírte y aunque aun no logro verte,
sé que eres esencia, eres mi refugio
y por eso intento tanto retenerte.
Te necesito cuando todos se van,
eres la brisa, me das la paz que nadie me da.
Das luz en la oscuridad, hermana de la soledad,
es una enfermedad temerte y
sentirte es sentir la felicidad.
La realidad es diversa y paralela,
una novela sin final y aunque al final
resultas ser tú la única verdad,
aun no entiendo como muchos
en lugar de buscarte te intentan alejar.
Como viajar en una nube de cristal,
es andar tomado de tu mano y junto a ti caminar.
Separarte de mis fantasías es como intentar
separar de la arena la sal de la mar.
Sin temor a errar puedo usarte
cuando las palabras resultan estar de más,
eres eso que tengo y que no tienen los demás,
ese placer de disfrutar esa calma que solo tú me das.
Sin más temores te encomiendo mis dolores,
mis pesares y terrores tu transformas
y los conviertes en colores,
luego pintas mi cielo y con rosa me marcas el camino
y en mi destino eres tú quien siembra flores.