tiempo en que tus esquivos me dijeron
seria para mi, tu amanecer y tus rosas
y mira, lo que dice tu mirada,
con el sudar de tus manos en mi cuello
y las mías acariciando tu talle
a media luz nos fuimos comiendo a besos
quemándonos en pedacitos hasta tarde
tarde lluviosa, tarde tan hermosa
a media luz, pero tus pupilas no mentían
querías estar así, sin silencios que hablen
a media luz, tanto tu me decias
tanto me decían tus rosas