I
Si importa que haya sido sordo,
y que luego intentara oír…
Si importa que corra poco,
si que piense en desistir.
Si me faltara la punta,
es decir mi cabeza,
no sería más que una cruz.
Una pieza exacta hecha de pura certeza,
o sea, una perfecta avestruz.
Si fuera capaz de volar,
me perseguirían con escopetas.
Me intentarían derribar,
para hacer con mis plumas marionetas.
Si me ves corriendo,
no pienses que huí.
Es que voy en busca de la quinta pata del gato.
Si me ves serio no creas que olvidé lo que era reír,
lo que pasa es que me ha caído una piedra en el zapato.
II
No es hacer el pan lo que más me gusta,
sino el tener realmente así de esta manera que amasarlo.
No es andar descalzo en la oscuridad lo que me asusta,
sino enfrentar así el miedo sin poder asustarlo.
No me importa que el tren me haya dejado,
soy todo un mar de soluciones.
No me preocupa dormir de lado,
he estado en peores situaciones.
No me parece que el mundo sea redondo,
sería mejor si fuese cuadrado.
No caminaría igual de todos modos,
sólo que me iría un poco de lado.
No creo que el hombre tenga qué hacer en Marte,
lo único que le puede suceder es convertirse en marciano.
O no, a lo mejor resulta ser todo un arte,
tener seis pies y cuatro manos.
III
Tal vez morir nunca se ponga de moda.
Quizás se muere hasta decir basta.
A lo mejor no es una situación muy cómoda,
a lo mejor es la pura calavera en pasta.
Tal vez la muerte se muestre simpática,
quizás se carga a quien la ignora.
A lo mejor se vea apática,
a lo mejor llega en zafarrancho,
y a cualquier hora.
Tal vez ya he estado muerto antes,
A lo mejor lo hube olvidado.
Tal vez me volví a meter el guante,
y aquí estoy de vuelta enfundado.
Tal vez no sea agradable que me encuentre,
ni despierto, ni dormido.
En una fiesta voy a esconderme.
A lo mejor si me hago el tieso,
le paso desapercibido.