SIRENA DEL CREPÚSCULO
Por Lizardo Melgar Lera
Yo llegué a su playa solitaria
mientras ella jugueteaba
con los delfines de río se alegraba
y pensé era una visión imaginaria.
Fue una tarde al ponerse el sol
cuando aún la jornada no moría
que mi vida cambió ese día
con las nubes pintadas de arrebol.
Su larga cabellera
su cautivante sonrisa
me conquistaron de prisa
en el preludio de la primavera
Su mirada de ternura
conquistó mi corazón
que se llenó de pasión
contemplando su hermosura.
Le pregunté por su nombre
y versos comenzó a cantar
y me llegó a enamorar
pero nunca me dijo su nombre.
Sirena del crepúsculo
en tus playas retozamos
en tus arenas nos amamos
y me diste tu amor en un ósculo.
Y cada día de nuestras vidas
al caer la tarde y en el mismo lugar, escondidos
nos llenamos de besos prohibidos
y despertamos nuestras caricias dormidas.