Polvareda que se agita, hierba
En permanente avidez; vienen sobrios
Buscando riquezas, soportando oprobios
Y siempre lejos de la infecta proterva.
Oro que refulge, verás en la caverna,
Allí aguardan exorbitantes aventuras,
Dicha, castigo, extrañeza, todas en anchura
E inclusive, quizás, criaturas avernas.
Todo es éxtasis, emoción, siempre alterna
Y diariamente se deleitan en denuedo…
Sublimes, sí, intrépidos sin miedo;
Caballerescos o impasibles, mas fogosos eternos
Ellos son monumentales, sempiternos.
Vaqueros, guerreros,
Aventureros, viajeros;
Bucaneros, caballeros…
Intrépidos…