El sol entra a raudales
por el ventanal,
el día comienza iluminado
augurando la cercanía de
la primavera.
Se siente el calor que reconforta
y que levanta el ánimo más caído.
El letargo del invierno queda atrás,
hay más ganas, más deseos, más ansias...
Oigo el cantar de las aves,
todo está florecido, todo está verde,
la cordillera frente a mi ventana
se ofrece majestuosa para ser contemplada,
ojalá todos se dieran
el tiempo de disfrutar estas maravillas
y abandonarse en ellas...