ALVARO J. MARQUEZ
DESPUÉS DE LA MUERTE...
"La vida que vivo, la que viví,/ día a día me demuestra/ que nunca olvidaré lo que aprendí/ ni a ti… mi maestra".
La verdad es que yo ignoro qué habrá,
por más que aún tenga mis creencias.
Más de uno mi opinión sé que buscará
conociendo ya bien los conceptos míos,
acerca de la muerte y todos sus vacíos
y de sus evidentes olores a ausencias.
Tal vez no pasen más cosas, no lo sé,
o como he creído, me sigan pasando,
en un lugar lejano un día despertaré
y revelarse completas ante mí veré yo,
mentiras que alguien un día me contó
pero supongo que no recordaré cuándo.
Creo que veré llorar a quien esperaba ver
y que otros que suponía, no me llorarán.
Varios por última ocasión me querrán ver,
veré a unos murmurar algo y decir amén
y aquellos que nunca me quisieron bien
estoy muy seguro de que no me verán.
Quizá vea esa luz especial y muy radiante,
la luz al final del túnel de la que se habla,
si veo a Dios no creo que sea amenazante
y aunque parezca una conclusión graciosa,
descubriré que Dios no es Dios, es diosa...
o que el diablo en verdad es una diabla.
¿Hay diferencia entre morir sin confesarme
o morir con todos mis errores confesados?
La verdad no soy persona de entregarme
a revelarle a alguien que así muy de repente,
se muestra bien interesado en que le cuente
en detalle absolutamente todos mis pecados.
No sé si existirán esos dos famosos lugares
de los que se habla de amor y castigo eterno.
Si existen entonces que hagan sus malabares
para resolver pues si es así a la razón apelo,
no he sido tan bueno para merecerme el cielo
ni tan malo para que me condenen al infierno.
¿Y qué puedo pensar cuando muera, del amor?
Algo me dice que es luz que quedará encendida,
que su brillo seguro será más fuerte que el dolor,
que será muy verdadera y no una simple ilusión,
que brillará mi alma y mantendré así mi pasión
y estaré ya de turno para amarte en la otra vida.