En algún rincón de mi sentimiento
estás y desde ahí me llamas, me volteo
te busco y te encuentro
de manera tan impersonal y silencioso.
Entonces te traigo a mi memoria
y juego con los recuerdos,
pero es un juego donde perdemos los dos
Y gana la nostalgia.
De nada sirve saber que nos amabamos,
que al menos yo te amé y te di tanto de mi,
que esperaba de ti más de lo que diste
o quizás no diste nada.
Se me pierden los pasos en el recuerdo
y la sonrisa se vuelve triste mueca.
Recuerdo entonces
que partiste mi corazón en mil pedazos
Como un vaso de cristal.
Que las astillas hicieron sangrar mi corazón
y la sangre se volvía versos dolientes.
Y hoy, que quiero saber dónde te encuentras
me doy cuenta que el tiempo te devoró,
que la ausencia me comió la alegría
y que los momentos compartidos
se quedaron sin entrañas,
sin corazón y sin pulmones
No laten, no respiran,
tan solo lo hacen por la herida.
Y el alma sangra a borbotones nostalgias
y tu nombre se vuelve un dolor,
ese dolor callado y resignado
queya nunca nadie podrá calmar,
ni el tiempo ni el olvido
porque puse tanto empeño en quererte
y tú tanto esmero en lastimarme.
Y mi vida es hoy una danza triste
en la que la la muerte me ve y me parpadea
y se burla de mí y podría decir
que hasta me desprecia.
Dejo de danzar entonces y de rodillas
me quedo con tus recuerdos
ceñidos a mis penas.