*¿Qué fuerza tiene el ser del hombre cuando muere?*
Nadie lo sabe aún, pero los humanos vivos piensan en algo
que castigará la maldad hereditaria y la avaricia del hombre,
arrojando al reo de latrocinio y de la miseria al fuego eterno
donde su crueldad se diluye en partículas eternas del caos.
*¿Sabrá juzgar al verdugo hecho de barro de tierra?*
Nadie lo sabrá, pero la bola terrestre piensa como Universo
mezclando ese átomo de arena con partículas elementales,
activará una propiedad galáctica permanente en la divinidad
para que la crueldad se borre con la eterna justicia de algo.
*¿Qué secuencias tendrá el veredicto en el humano?*
La ley del castigo divino entrará en su cerebro tardíamente
trastoca su miedo al eterno con el egoísmo del momento,
no tendrá oportunidad de indultar la clase obrera desvalida
la que aguarda la desdicha hasta la llegada del algo eterno.
*¿Cómo se distancia un alma pura de otras podridas?*
Cuando los clarines de siete arcángeles apocalípticos tocan
será el momento de mirar este tribunal justiciero a tu lado,
envuelto entre la grácil hermosura de las luces universales
que agostara esa colosal amargura de la injusticia humana.
*¡Reposa obrero que la paz humana ha llegado con ley!*
Autor:
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
13 de enero del 2012