La alegría de vivir,
ha llegado a mi ventana,
para pronunciar mi nombre,
en labios de la mañana.
Coronada por el sol,
con su manto anaranjado,
despierta mi corazón,
y en él nace un verde prado.
¿Cómo puedes renacer,
en mi pecho flor desnuda,
si te vi morir ayer,
a manos de la amargura?
Mi esencia no ha de morir,
es esencia de amor pura,
guarda la imagen de Dios,
y por eso en tí perdura.