Siento latir
el tiempo de mi vida;
los ojos me hablan.
Sin evitarlo,
su fondo se me inunda
de agua con sal.
Y emocionado,
el gong de mi reloj
palpita libre.
¡Siento la vida!
y navego entre olas
hasta tu orilla.
5 de junio de 2011
Pau Fleta