Querida señorita, dulce amiga,
¿no ves que me invade el deseo de ti
que estoy colmado de este sentir
y este querer no conoce fatiga?
*
Quisiera ser tu almohada y susurrarte,
ser tu sábana y cubrirte del frío,
que sientas todos los respiros míos,
y cuando llegue el alba acariciarte.
*
Pudiera intentar decir lo que siento,
mas la palabras serían inútiles para decir
esto que poco a poco transforma mi vivir,
esto que cada día me roba el aliento.
*
Querida señorita, dulce amiga,
mi guitarra ya no canta si no es de ti,
mi cabeza solo tiene espacio para ti,
y para mi no hay nadie que prediga.
*
Un momento de ti bastaría,
para cubrir mi anhelo de ser feliz,
déjate caer de una vez en este desliz,
mi corazón por siempre lo agradecería.