Que sorprendente es la vida que fluye sin cesar
a pasos galopantes que golpean sin parar.
Se encuentra en un remolino que lo arropa de emoción
entre aventuras y odiseas llenas de mucha satisfacción.
Camina y camina el caminante fruncido pues lleva a cuestas su largo camino
que pesa y pesa cada vez más pero no lo vence la calamidad.
A paso trote a paso galope avanza sin parar porque tiene la mirada puesta en esa hermosa realidad
que le empuja e impulsa hacia la materialización de un sueño que se hace vivo y queda en la eternidad.
Llega a su destino pero no está cansado tan sólo ha dejado el camino marcado
para que otros emprendan la ruta y así hagan vivo su legado.
Queda mucho por hacer y mucho por continuar tomaré tú ejemplo y comenzaré a cabalgar
a paso seguro y bien pronunciado por el camino que has dejado.
Hasta un encuentro feliz cuando tengamos que revivir
sueños compartidos en un momento certero que hicieron de nuestras vidas un lindo recuerdo.
Caminante eres tú, caminante soy yo caminante el que va por la vida con rumbo y dirección
recorriendo caminos llenos de tropiezos que hace a un lado sin caer en distracción.
Pues en verdad lo que cuenta es su justa elección del andar sujeto a la gracia divina
que ilumina su poderosa misión de llegar a una meta consolidada con honor.