Ayer te observe de nuevo rodeando mi semblante como si fuese otro anhelante sueño
Como pintada al oleo, seguías tan perfecta como te recordaba desde nuestra despedida
Tu piel secuestrada entre terciopelo y tu boca colorida, como cuando volábamos sin dueño
Dando vueltas entre la estructura de los arboles andando frágil, y a costumbre perdida.
Mi mente corría en reversa, mientras pasaban los segundos y solo tu palabra rompería el hielo
Acariciando mis ansias corrompidas, vestidas en traje elegante de vana resignación
Palabras de tu boca que no dejaban de torturarme, cuando el afán de tu cabello era llevarme al cielo
Con ese aroma a vida, que ni un año entero se había podido llevar, provocando mi emoción.
Mi reina paulatina, mi sol sin cavidad prepotente en medio de mi inmenso mar de males
Tanta eternidad atrapada en la corteza de un mundo mundano que no me deja tenerte
Mentiras en plenitud, arrebatando la esperanza como si nada hubiese pasado y siguiésemos iguales
Es tan insólita esta sensación en tus ojos, que tan solo asfixio mi ira en el placer de conocerte.