A la vida le he implorado
que a mis hijos dé,
lo que me ha negado
desde mi niñez.
Que lo que me ha dado
ya yo se los di,
porque les he enseñado
eso que aprendí.
Que les de paciencia
y mucha fortaleza,
y la inteligencia
de cumplir sus metas.
Que les dé el fruto
del árbol de sus sueños,
que tengan lo justo
acorde a su empeño.
A la vida le pido
que no se detenga
que pague a mis hijos
esa vieja deuda.
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