Latino

Llanto o daga

Un llanto muere verde entre las rocas

con una puñalada de dagas blanquecinas

que se balancean como espumas en la boca

del moribundo. A veces soy llanto, a veces risa.

 

No estará de menos que limite cada lágrima

en este mar que me traspasa desde el inicio

revuelto entre la bravura de las olas pálidas

hasta ese final en el horizonte encendido.

 

No está de menos vetar la lágrima en verdad.

El llanto precede al alma cubierta de lunas

en la vía -sin peaje- de celeridad:

se vuelve solo daga en el vaivén de la espuma.