Cuidado con el suelo que pisas, porque puede pasar sobre ti.
Cuidado con la boca del tiempo, porque no tiene límites para devorarlo todo.
Cuidado con las cosas que deseas, porque muchas veces no sabemos lo que queremos.
Cuidado con lo más primitivo que hay en tu ser, porque todos pendemos de esa naturaleza.
Cuidado con lo que sabes y lo que no sabes. Cuidado con el amor, el odio y la indiferencia. Cuidado con los que solo ven y nunca hacen nada. Cuidado con quienes permiten el mal.
Y sobretodo, cuidado con la palabras, que es viento que se va para jamás volver.