Aquella cumbre es ni más ni menos que una memoria y secreto del pensarte.
Alzó mi mirada desde allí,
La vista desde esa cima me mostraba su superficie más elevada que su altitud
Su profundidad me recordaba a tus ojos, aquellos que admiraba observar.
El aire que allí me rodeaba parecía quedarse en quietud,
El tan solo recordarte hizo que mi sostén de permanecer en pie fueras tú,
Quede en alto, los mares que a mí alrededor recorrían, parecían sostenerme,
Aquellas piedras y tierras se me mantenían conquistando mis pies, me resonaban a tu acercamiento, ¡sí! a aquel resguardo que sentía por ti, así se decía parecer aquella sensación.
Es que lo alto es sentirte cerca de mi pecho, de mis ojos, y cuerpo.
Que ansiosos esperan bajar desde la cima para verte, sentir ese pleno regocijo de tu presencia, aquella que hace estremecer mis entrañas.
Decirte ¡tú alta cima! que en mi sentir gozar, ¡permaneceré allí! esperando el mañana para mí y vos.
Nosotros, ¡altos! como en memoria y en secreto.