Angel Reyes Burgos

Carta de amor para ti...sentimientos de mi alma.

Amor, estoy escribiendote aquí sentado en nuestro banco,

este del parque de Maria Luisa, en le glorieta de Bécquer, 

donde tuvimos nuestra primera cita y tantas emociones

y recuerdo me traen y siempre me llega a la mente el poema,

juventud divino tesoro, te vas para no volver...

La nuestra también se fue 

y entre lágrimas de amor,

cada año aquí te recuerdo 

con punzadas de dolor...

Son esos pequeños alfileres que hieren mi corazón ausente de ti,

alma de mi juventud, vida de mi vida que te apoderaste de mis

sueños y que con el solo roce de tus manos, estremecías cada poro

de mi piel, piel que solo se reconoció entre tus manos...

No hubo en mi vida amor,

nada mas maravilloso

que ese roce de tus manos

 y tu amor en esos ojos...

Recuerdo ese éxtasis, en que las horas se convertían en

minutos, un solo beso, que convertía la tarde en noche

  y la noche eterna, esperando el mañana, para poder de nuevo

mirar esos ojos, rozar tus labios y llenarme con tu sonrisa.

Eras mi luz y mi alegría,

bella como mariposa

carita de niña dulce

cuerpo de mujer hermosa.

Cada año desde que te vi en el teatro con tus hijas, me vengo a

esta glorieta a escribirte, nos separamos y tienes tu vida, no sabes

nada de mi, pero necesito sentarme aquí y recordarte, unas veces

entre lágrimas desconsoladas y otras de lágrimas de felicidad y

agradecimiento, unas por el sentimiento de perdida, aquel amor

nuestro que se quedó en el camino... otras de felicidad por el

regalo maravilloso que la vida me dio con ese amor que me

regalaste.

La realidad de un amor

que vives con ilusión

queda por siempre en el alma

no sale del corazón.

Nunca te envié las cartas que aquí te escribo, tienes tu propia vida,

pero no me privaré cada año, de proporcionarme a mi mismo este

maravilloso regalo, donde por unas horas, nuestra juventud se

ama, donde el sueño se hace realidad y poniendo mi mano sobre la

tuya,  contemplamos nuestro homenaje a Becquer...

En esos sueños me pierdo

juventud divino tesoro

ya se que no volverás,

pero hazme soñar, te lo imploro.

Que soñando amores lejanos

de nuevo joven me siento

y espanto del corazón

el dolor y el sufrimiento...

 


Ángel Reyes