Palabras empujadas,
de mi garganta,
una tras otra emergen,
desafiantes y efímeras.
Palabras indiferentes,
hirientes irrumpen,
sigilosas, en mis labios.
Vuelan a este triste poema,
en el silencio frío,
con gritos de soledad furiosa.
Tras la palabra , el descontento
vibran atreves del lápiz,
doliendo cada una de ellas.
Palabras vana, solas,
muertas e incoloras,
se extinguen dejándolas atrás,
en el olvido.
Zinnia