evans

Entiendo.

Te miro leyendo ese libro que tanto quieres,
Y de alguna forma sé, que pronto va a llover…

Preparo lentamente un café, ido en las vueltas
Inacabables de la cuchara, mientras tú te levantas
Con la intención de envolverme en tus bazos…

Pero... sé.

Y entiendo todo, mientras veo las primeras gotas
Estrellarse en nuestra ventana.

¿Cuándo  fue que empecé a prepara café,
Y tú a leer?

Te acercas tibia… e incomprensiblemente.
Apoyas tu rostro sobre mi pecho y me rodeas
De todo y nada.

Eres blanca, seca…
Eres solo tarde…

Y entre nuestro lamento inmanente,
Solo nos recordamos.

Me escapo de tus juveniles manos,
Y girando mi torso, veo mis ojos reflejados
En el frío café…

Y entiendo todo…
Y nada.

De un tirón, tomas mi mano,
La acercas a tu corazón, y me miras, esperando
Una clase de respuesta…

Ojalá tuviera algo que decir…
Ojalá alguno de los dos tuviera agallas.

Entonces es cuando entiendes…

Izas tu mirada y aguantando el dolor
Frunciendo tus labios, esperas retener
Esa lágrima que nos hubiese refrescado
El alma, hace mucho tiempo.

Una acaricia a tu mejilla nos muestra
Nuestra consumación…
Quisiera decir algo antes de irme…
Pero nada viene a mi mente.

Y volteándome y dejándote atrás…
Siento el despido de tu mirada..,

Tomo mi abrigo y mis llaves que
Resuenan en nuestro silencio;
Abro la puerta  y sabiendo que
Te encuentras allí parada.

-Corto bruscamente el intento
De voltearme y pronunciar algo…-

Entonces, encuentro y entiendo,
     La miseria de nuestras palabras gastadas..

Cierro la puerta de un golpazo.
Y tú comienzas a llorar…

Predije…
Sabía desde que tomaste ese libro, que hoy iba a llover…


                                                    © Maximiliano José Cabrera.